El cambio climático está modificando la frecuencia, ámbito geográfico e intensidad de los incendios forestales. Estamos ante un cambio de paradigma global que a la fuerza requiere de un nuevo marco de aprendizaje donde compartir experiencias en la prevención y extinción de incendios. Es necesario que, desde el conocimiento e intercambio de metodologías de trabajo locales, vayamos construyendo conocimiento y experiencias que nos ayuden a prevenir y afrontar globalmente los nuevos escenarios de incendios. Es en este contexto que hay que situar el programa EGIF (Equipo de Gestión de Incendios Forestales) entre la Fundación Pau Costa (PCF) y la CONAF (Corporación Nacional Forestal) de Chile.
“Se trata de un proyecto único. Hemos desplazado a Chile a un equipo de expertos de Bombers de la Generalitat de Catalunya, ANEPC (Portugal) e INFOCA (Andalucía) que, bajo el paraguas y coordinación de la PCF, ha integrado personal de la CONAF y de brigadas regionales. Y lo hemos hecho para intercambiar metodologías de trabajo, antes de que ocurra una emergencia y no para dar respuesta a una emergencia concreta”, apunta Juan Caamaño, coordinador del programa y responsable del área de transferencia de conocimiento de la PCF. Junto a Caamaño, Jordi Pagés y Felipe Borderas han formado también parte del equipo de coordinación del programa EGIF.
EGIF ha sido un programa de asistencia técnica de tres meses de duración, que se inició en enero de 2022, durante la campaña de incendios de Chile. El objetivo final del programa es diseñar un sistema de gestión de conocimiento en el que las experiencias en incendios forestales se conviertan en elementos de experiencia y formación dentro de la propia organización, y así empoderar y hacer crecer a la CONAF. Durante estos tres primeros meses, se ha trabajado en aspectos como la organización y gestión de una emergencia de incendio forestal; en operaciones áreas, dado el aumento de recursos aéreos en Chile tras los incendios de 2017; el análisis de incendios y el uso de fuego técnico como herramienta de prevención y extinción de incendios.
“Se trata de mejorar la capacidad de análisis del riesgo y de los incendios forestales y traducirlo a operaciones sobre el terreno a través de la toma de decisiones. Nos centramos sobre todo en desarrollar habilidades y capacidades siempre alrededor del fuego, ya sea mediante talleres de paja, quemas prescritas o acciones ante un incendio concreto. Proponemos transformar un escenario de respuesta en uno de aprendizaje e intercambio. Este es precisamente el punto diferencial de nuestro programa EGIF, que genera puentes de confianza que permiten el intercambio de experiencias y metodologías de trabajo, alrededor del escenario de un incendio forestal contando con profesionales altamente cualificados de diferentes organizaciones y países”, añade Caamaño.
Uno de los retos de apostar por un proceso de aprendizaje colaborativo, es encontrar la metodología adecuada. Para ello, ha sido básico identificar personas clave dentro de la CONAF y de regiones a las que se ha acudido para integrarlas en el EGIF, y así llevar a cabo acciones de transferencia de conocimiento, en aula, pero como se ha mencionado, también en el escenario de un incendio para trabajar y poner los conocimientos en práctica sobre el terreno.
“He visto que es posible juntar organizaciones en un entorno de incendios forestales para intercambiar conocimiento. Hemos generado un espacio increíble de intercambio. Y nos hemos dado cuenta de que ya hemos incidido y generado cambios,” comenta Caamaño.
A partir de ahora, el programa de intercambio y asesoramiento continúa con la selección y formación de las personas clave en la CONAF para que sean instructores en el nuevo plan de formación que se está desarrollando conjuntamente. Es clave que toda organización disponga de un sistema de gestión del conocimiento que permita capitalizar la experiencia y conocimientos de sus profesionales, y en este sentido, se está diseñando el nuevo marco de formación de la CONAF. Finalmente, la idea es replicar de nuevo el programa EGIF durante la campaña de incendios forestales 2022-2023.
“Hemos estado en incendios increíbles. En Tierra de Fuego, Magallanes o Valparaíso, donde los incendios en la interfaz urbano-forestal son muy complicados y complejos. Ha sido una experiencia única. La tarea de coordinar a gente muy profesional y experta ha sido todo un reto. Ha sido quizás el proyecto más complejo en el que he estado, pero ha servido para intercambiar ideas con personal de Chile, y entre nosotros, el equipo de profesionales venido de la Península”, concluye Caamaño.