El proyecto europeo CARMINE – “Vías de desarrollo resilientes al clima en regiones metropolitanas de Europa” ha comenzado oficialmente con su reunión inaugural en Bucarest los días 12 y 13 de marzo. Durante los próximos cuatro años, el consorcio de CARMINE trabajará conjuntamente con otras partes interesadas para ayudar a las comunidades metropolitanas europeas a volverse resilientes al clima para 2030.
En el contexto actual de cambio climático, el aumento de los fenómenos climáticos y meteorológicos extremos hace cada vez más necesario mejorar la resiliencia de las zonas pobladas vulnerables a riesgos climáticos como olas de calor más frecuentes y prolongadas y regímenes cambiantes de incendios forestales. Además, la eficacia de las medidas de adaptación y mitigación depende de la integración de sectores y voces diferentes. CARMINE seguirá un enfoque de cocreación y codesarrollo que involucrará a múltiples actores para lograrlo.
Liderado por la Administratia Nationala de Meteorologie, el consorcio de CARMINE está compuesto por 31 socios de ocho países que representan organizaciones privadas y de investigación, universidades y autoridades de diferentes niveles. Estudiarán los riesgos y evaluarán soluciones tradicionales y basadas en la naturaleza para mejorar la adaptación en ocho zonas de Europa, incluida Barcelona. Junto con la empresa de inteligencia de riesgos climáticos Mitiga Solutions, la Fundación Pau Costa coordinará las acciones que se desarrollarán en Barcelona.
“Aquí (en Barcelona), nos centraremos en la sequía y los incendios forestales. Habrá un juego importante simulando el régimen de incendios forestales en Barcelona en el contexto de cambio climático, y viendo cuáles son las necesidades y las soluciones basadas en la naturaleza más adecuadas”, explica Guillem Canaleta, de la Fundación Pau Costa y co-coordinador del caso de estudio de Barcelona.
Estas soluciones basadas en la naturaleza son la gestión forestal sostenible para reducir la demanda de agua y el riesgo de grandes incendios forestales, y la promoción de ecosistemas que se adapten mejor a las nuevas condiciones de sequía.
“Trabajaremos estrechamente con los actores locales (gestores del Parque Natural de Collserola, Ayuntamiento, etc.) para ver cómo podemos ayudar y cómo todos podemos integrar en su forma de trabajo lo que vamos a generar”, añade Guillem.
Apoyado en datos científicos y simulaciones de los riesgos y vulnerabilidades asociados al cambio climático, CARMINE generará un marco basado en el conocimiento para abordar la adaptación y la mitigación en las ocho áreas de estudio de casos, el cual incluye acciones como el desarrollo de evaluaciones de riesgos y recomendaciones para apoyar la toma de decisiones en múltiples niveles de gobernanza.
Con ello, el proyecto espera apoyar la estrategia de la Unión Europea sobre adaptación al cambio climático y fortalecer la toma de decisiones en la gestión de riesgos y la capacidad de adaptación local basándose en la ciencia, entre otras cosas.